“Ni en mis sueños más locos hubiera esperado hacer una película sobre el Papa Francisco”. Palabras del gran cineasta Wim Wenders (“El cielo sobre Berlín”, “Tan lejos, tan cerca”) al ser preguntado sobre cómo surgió la idea de realizar un documental sobre el obispo de Roma. Sin embargo, cuenta Wenders a Vatican News, cuando recibió la invitación para realizar la película sintió una gran responsabilidad, que luego se transformaría en entusiasmo dada la libertad creativa de la que pudo disponer. Y el resultado ha sido ciertamente excelente, una película capaz de comunicar con elocuencia la palabra, pero sobre todo el espíritu que el Papa está infundiendo a la Iglesia y al mundo.

No se trata de una biografía, sino de una especie de reportaje, donde el Papa no es tanto un tema de investigación como el emisor de un mensaje que busca dialogar directamente con el espectador, interpelándolo y animándolo a considerar en su vida esos grandes temas que Francisco está planteando en su pontificado: la paz mundial, la justicia social, el medio ambiente, la familia, la reforma de la Iglesia. Por ello, en los momentos en que el Papa habla, Wenders opta por enfocar directamente su rostro, potenciando su fuerza comunicativa. Y cuando el documental presenta a Francisco en sus viajes alrededor del mundo, Wenders introduce amplios planos de los lugares visitados, haciendo perceptible la fuerza de la palabra del Papa, capaz de mover a la oración en Roma y Jerusalén, de movilizar masas en Brasil y Filipinas, pero también de cuestionar a la asamblea de las Naciones Unidas o al Congreso de los Estados Unidos.

Pero quizá los momentos más expresivos de la película sean aquellos en los que Francisco es captado en contacto directo con la gente, con migrantes, refugiados, presos, niños, jóvenes, o en aquel encuentro con una vieja amiga religiosa. Todas ellas, escenas casi contemplativas, en las que el espectador es invitado a admirar, no la grandiosidad de un hombre poderoso, sino la humanidad de un hombre capaz de mirar a cada persona con ojos de misericordia. Finalmente, Wenders ha tenido la iniciativa de entremezclar el documental con escenas de la vida de San Francisco de Asís, de quien el papa latinoamericano tomó su nombre, evidenciando la continuidad de una manera de vivir la fe anclada en la gran tradición de la Iglesia.

P. Deyvi Astudillo, SJ
Responsable de Vocaciones Jesuitas
Publicado el 01/09/2018 en el Diario La República