Debo confesar que el modo en el que el Papa Francisco respondió ante los cuestionamientos de la prensa chilena sobre el caso del obispo Barros, asociado al terrible caso de abusos sexuales del sacerdote Karadima, fue uno de mis mayores sinsabores de la visita que el Papa realizó a Chile y Perú en enero último. Francisco se mostró ofuscado y su respuesta inmediata fue de defensa del obispo, pero además de eso la manera en la que se expresó fue muy dolorosa para quienes han sido víctimas de abuso sexual por miembros de la Iglesia.

Personas cercanas a quienes han sufrido abusos de sacerdotes o de laicos consagrados me hicieron notar su decepción por la reacción del Papa. Y sin decirlo muy en voz alta yo sentí un poquito la misma decepción, el mismo dolor. Y aunque ni Francisco ni nadie puede borrar lo dicho, ni lo sentido en ese momento por quienes escuchamos atónitos sus palabras, el perdón que acaba de pedir a las víctimas de abuso sexual en Chile reconociendo además que habló con ligereza y sin contar con toda la información, me hace pensar en que puede haber un nuevo modo de ser sacerdote, un nuevo modo de entender nuestra presencia en la Iglesia. Francisco nos ha dado una lección de humildad, de sencillez, de apertura y de capacidad de cambio. Y eso es esperanzador.

A los jesuitas en el encuentro que tuvimos en San Pedro con él nos dijo que tenemos que hacer todo lo posible por encontrar justicia y que nos toca acompañar a las víctimas, comprender su dolor, escucharlas. Como todos lo sabemos por el caso Figari-Sodalicio y muchos otros casos más, el Perú no está libre de situaciones de abuso sexual al interior de la Iglesia, y no siempre hemos sabido reaccionar de inmediato, ni hemos sabido escuchar a las víctimas, ni acompañarlas, ni creerles. Tampoco hemos sabido tomar las medidas necesarias para evitar que se repitan estos hechos. Y eso tiene que cambiar. El Papa ha pedido perdón, nosotros también tenemos que hacerlo.

P. Victor Hugo Miranda, SJ
Coordinador de la Plataforma Apostólica de Piura
Publicado por el diario La República (16-04-2018)