Estamos a un mes de la llegada del Papa Francisco al Perú y el panorama actual de nuestro país no es precisamente muy esperanzador. Por ello justamente es que Francisco tiene mucho que decirnos a los peruanos. La realidad que nos toca vivir no parece enmarcarse dentro del lema de la visita #UnidosPorLaEsperanza. Estamos siendo testigos de un enfrentamiento encarnizado entre los poderes políticos del Estado, presenciando una seguidilla de descubrimientos de situaciones de corrupción en niveles que superan toda ficción, con la población cansada de no ver atendidas sus necesidades y con una especie de desencanto generalizado. Y en medio de ello quizás como una luz de esperanza en el horizonte la visita de Francisco ha suscitado gran expectativa entre los católicos e incluso entre aquellos que no lo son. Por ellos es trascendental estar atentos a sus gestos y a sus palabras.

En medio de la crisis ética que atravesamos como país, lo que él como líder de opinión a nivel mundial, como hombre austero y sencillo, que privilegia el cuidado de los más vulnerables y pobres, así como de la creación como nuestra casa común, pueda inspirarnos va a ser importante para mirar hacia adelante. El Papa no solucionará nuestros problemas. Eso nos toca a nosotros. Y su visita no cambiará las cosas de manera drástica, pero sí podrá aportarnos una mirada nueva para animarnos a caminar juntos en una misma dirección.

Cada vez más gente piensa que la figura del Papa Francisco ha revolucionado la Iglesia Católica en estos últimos años. Ha tenido gestos de acercamiento a personas de otras confesiones religiosas, a las personas homosexuales, a los divorciados vueltos a casar, a los refugiados, a las mujeres dentro de la Iglesia, a temas que escapan del ámbito religioso como la preocupación por el medio ambiente, todo ello dentro de una actitud constante de cercanía y de comprensión. Tal ha sido su acercamiento a temas controversiales que Francisco tiene hoy más críticas y cuestionamientos al interior de la misma Iglesia que fuera de ella por este estilo que para los más tradicionalistas se sale de los cánones de lo establecido. Hace dos mil años Jesús creyó firmemente que era posible transformar el mundo. Francisco cree lo mismo. Quizás nos toca a nosotros creer que es posible hoy en día transformar nuestro país y convertirlo en un lugar mejor para todos.

P. Víctor Hugo Miranda, SJ
Coordinador de la Plataforma Apostólica de Piura
Publicado por el diario La República (16-12-2017)