El Papa Francisco estaría seguramente de acuerdo en que lo central de su próxima visita al Perú no es él mismo, sino la fe en Dios que nos viene a compartir. Su visita, sin embargo, es un acontecimiento para la vida de la iglesia peruana porque, además de la alegría que significa acoger al “Vicario de Cristo”, ella nos da la oportunidad de tomarnos un examen sobre la manera cómo los católicos estamos viviendo nuestra fe. En este sentido, dada la iniciativa de Francisco de promover una renovación de la Iglesia que ponga al centro la misericordia, el diálogo y la búsqueda de una vida digna, valores enraizados en el Evangelio, creo que nos toca preguntarnos a fondo por la manera cómo estamos viviendo esto en el país de hoy.

¿Nos distinguimos los católicos por tratar a los demás con misericordia? Es decir, ¿nos señalamos por sobreponer la misericordia a la disciplina ante las distintas fragilidades y experiencias de sufrimiento? En relación al diálogo, Francisco ha puesto de relieve la propuesta del Concilio Vaticano II de abrir la Iglesia a la cultura y al pensamiento de la sociedad actual. ¿Hemos sido capaces de escuchar y acoger como Iglesia el testimonio de las diferentes comunidades que desde su propia cultura o desde su forma de ver la vida sostienen la fe cristiana? Finalmente, una de las preocupaciones centrales de este pontificado está relacionada con el dolor que experimentan millones de personas al vivir excluidas del desarrollo y expuestas a la violencia de los que aprovechan el poder para su propio beneficio. ¿Sigue siendo para la iglesia peruana, como lo ha sido antes, la justicia social el foco de su acción en la vida del país?

“¿Quién dice la gente que soy yo?”, preguntó Jesús alguna vez a sus discípulos. Quizá no sería mala idea que en este examen sobre la calidad de nuestra vida cristiana nos dejáramos también interpelar por aquellos que no comparten nuestra fe o que en algún momento la han perdido. Ellos comparten con nosotros el regalo de la vida, y en esta medida pueden ofrecernos una imagen valiosa, aunque a veces sea parcial, de nuestra manera de vivir la fe en el Perú de hoy.

P. Deyvi Astudillo, SJ
Oficina de Comunicaciones – Jesuitas del Perú
Publicado en el diario La República (18/07/17)