Al rezar el credo hacemos numerosas afirmaciones de fe, pero ninguna tan fundamental como aquella que dice que Jesucristo fue crucificado, muerto y sepultado pero al tercer día resucitó de entre los muertos, aquello mismo que celebramos en cada Semana Santa.

En estos días, los actos litúrgicos hacen precisamente hincapié en el recuerdo de los hechos que condujeron a Jesús, en un primer momento, a experimentar la traición, el abandono, el fracaso y la muerte, para luego ser resucitado y reconocido por sus seguidores como Cristo, es decir, como mesías. Sin embargo, el significado profundo de estas afirmaciones y de los actos litúrgicos que celebramos no se agota en el reconocimiento de la experiencia vivida por Jesús, sino que adquiere su verdadera dimensión cuando descubrimos que eso que Jesús vivió expresa una experiencia que todos los seres humanos de algún modo hemos vivido, estamos viviendo o en algún momento viviremos: el paso de la muerte a la vida. No se trata solo del tránsito de la muerte biológica a la vida plena. Toda nuestra vida está atravesada por distintas pequeñas muertes, por impotencias, pérdidas y frustraciones, que al quedar atrás nos hacen vivir verdaderas experiencias de resurrección. En ello, en la exaltación de esta experiencia humana, reside de alguna manera la fuerza del cristianismo.

En este sentido, este último tiempo nos deja a los peruanos fuertes imágenes de muerte y resurrección. Hemos sido testigos de la destrucción, del dolor, de la indolencia, y, sin embargo, no han faltado testimonios de valor, de solidaridad, de amor al prójimo: Evangelina Chamorro emergiendo del barro, los miles de voluntarios que dejan su rutina para reconstruir viviendas, las personas que han arriesgado su seguridad para salvar la vida de otras. Lo vivido nos ayuda, definitivamente, a celebrar la posibilidad de la resurrección, pero con el compromiso de hacerla realidad en los que todavía sufren; es así como la Pascua de Jesucristo podrá seguir calando hondo en las vidas de todos.

P. Deyvi Astudillo SJ
Oficina de Comunicaciones – Jesuitas del Perú
Publicado en el diario La República (14/04/17)